La podofilia es un fetiche común que implica una atracción particular hacia los pies, manifestada a través de tocar, besar, acariciar, lamer, oler y chupar los pies de una persona. “Sobre gustos no hay nada escrito” suele decirse, pero pensemos en un par de pies: ¿son realmente vistosos y originales? Que el negocio de la venta de fotos de pies se haya acrecentado tanto en los últimos años da señales de que sí lo son.
Este es un fetiche muy común y, hoy en día, incluso tiene mayor aceptación por parte de la población, por lo que muchos se han volcado a este emprendimiento para estabilizar un poco su economía. Muchas personas incluso recomiendan embellecer sus pies e ir al podólogo para que estén en condiciones de ser una herramienta para generar ingresos. Pero lo cierto es que, en muchos casos, esto no es necesario, ya que el gusto por los pies sin demasiado cuidado está en alta demanda.
Es decir, si bien existen personas que optan por comprar fotos de pies o elegir parejas con pies limpios, limados, de uñas pintadas y con tacones, también existen quienes los prefieren con las uñas sin pintar, con callosidades, escamas e incluso hasta un poco sucios o con hongos. Así que, si no tienes los pies lindos, no te preocupes, hay para todos los gustos.
No existe una causa específica de por qué se da este fetiche, pero sí se ha podido explorar sobre la conexión que hace el cerebro entre los genitales y los pies. La planta de los pies es una parte del cuerpo humano que no suele ser explorada a fondo, pero que, sorprendentemente, contiene numerosas zonas que activan los impulsos sexuales. Es importante destacar que la reflexología podal no se trata de un masaje erótico, sino de una técnica que requiere habilidad para encontrar y estimular los puntos que están vinculados al placer.
No olvidemos diferenciar un gusto de un fetiche. Seguro muchos han escuchado mencionar que famosos como Quentin Tarantino, Andy Warhol, Elvis y Madonna, entre otros, tendrían una afición más o menos erótica por los pies. Pero hay otros casos en los que la adoración se convierte en obsesión y el único motor para activar la excitación sexual. Ahí entramos en el mundo de la podofilia, que hoy en día representa uno de los fetiches más comunes.
¿Conoces a alguien que tenga este fetiche? ¿Qué te produce ver pies? Déjalo en los comentarios.